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Foto del escritorCarles Sorita

Ni mi jefe es tan malo, ni yo soy tan santo


Deshazte de tu chaqueta de dos tonos. Cuélgala por un momento. Y no veas todo en blanco y negro. Afortunadamente, la vida no es solo de dos tonos. No todo es polaridad; hay gradaciones.


Si elegimos los tonos de color gris, hay gris claro, gris oscuro, gris profundo, gris mate, brillante, atenuado, satinado, y muchos más, viviendo en paz y armonía.


Saber encontrar otros tonos que solo el blanco o negro, o caminos como el norte y el sur, o tendencias como la izquierda o la derecha, te abrirán a un futuro donde todos empezaremos a conocernos y a confiar el uno en el otro lo suficiente como para poder establecer una relación basada en la colaboración.


Abre tu voluntad y comienza a amar a los "grises" en el lugar difícil para hacerlo: tu lugar de trabajo.


Vivir en armonía es lo que más falta en las organizaciones. Abandonemos la dicotomía de lo bueno o lo malo. Algunos buenos jefes no son líderes, algunos buenos negociadores no son los que más venden, y algunos excelentes operadores no obtienen las mejores clasificaciones.


La verdad es que no es una cuestión de bueno o malo. Es una cuestión de actitud y respeto hacia los demás.


Si apoyamos opiniones diferentes, podríamos trabajar como un verdadero equipo. Todos tenemos algo en común, desde nuestras creencias, pensamiento pasado y perspectiva actual.

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